
Ya lo insinuó justo antes del fin de semana. Entonces, en una charla con periodistas hispanos vía telefónica desde Nueva Zelanda para promocionar otra cinta que había producido, Guillermo del Toro confirmó que se había cancelado sine die El Hobbit, mientras se mantuviera la quiebra de Metro Goldwyn Mayer, copropietaria de los derechos, y que seguiría en ese doble proyecto “hasta que el cuerpo aguante“… Parece que ese momentó llegó. El cineasta tapatío anunciaba este domingo tras mucho reflexionar que renunciaba a dirigir el díptico en lo que califica como “la más dura decisión de mi vida”.
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