
En junio de 2005, Ledley King se deleitaba pensando en el brillante futuro futbolístico que se abría ante él. El fornido defensa representó a Inglaterra en la Eurocopa 2004 y había disputado cada minuto, y cada balón, en la campaña liguera del Tottenham Hotspur.
Martin Jol, su entrenador en la entidad londinense, lo aclamaba como el mejor central del país. Sven-Goran Eriksson, en aquella época al frente de los Tres Leones, lo consideraba capaz de parar los pies a los mejores delanteros del mundo, después de verlo en acción cinco meses antes en un empate a 0-0 con el Manchester United. Y para Thierry Henry, que entonces militaba en el Arsenal y se encontraba en el mejor momento de su carrera, King era, en sus propias palabras, "uno de los mejores defensas" a los que se había enfrentado.
El zaguero era el dueño y señor del juego aéreo, preciso en las entradas, diestro con ambos pies, y muy tranquilo y competente cuando se trataba de distribuir el balón. Su grupo de admiradores crecía por momentos. A sus 24 años, parecía destinado a brillar en los principales escenarios del fútbol mundial. Sin embargo, dos años después, aquel brillante porvenir se había esfumado. Una fractura en el pie malogró sus opciones de estar presente en Alemania 2006, y en la campaña 2007/08 sólo disputó cuatro partidos de la Premier League por una lesión de rodilla. Lamentablemente, su dolencia se convirtió en crónica, lo que le obligó a dejar entrenar con el resto de sus compañeros y le impidió alcanzar las metas que un futbolista de su entrega y calidad merece.
Nada por perdidoSu yo soñador aún fantaseaba con la idea de vestir la camiseta de Inglaterra en la Copa Mundial de la FIFA. Su yo realista empezaba, a regañadientes, a considerar seriamente la retirada. No obstante, a pesar del sufrimiento físico y de su incapacidad para asistir a los entrenamientos o encadenar dos encuentros seguidos, se negó en redondo a colgar las botas. El capitán del Tottenham tuvo una temporada 2008/09 bastante aceptable. Aunque sólo participó en la mitad de los compromisos de su equipo, cuando estuvo sobre el césped brilló con luz propia.
"Lo que me sorprende es que no se entrena, pero luego juega como si fuera lo más sencillo del mundo", afirmó el ex mediocampista de Inglaterra Jamie Redknapp, después de que King liderara a los Spurs hasta la sorprendente cuarta plaza en el campeonato nacional. Un excelente registro que el año que viene les permitirá disputar la Liga de Campeones de la UEFA, a expensas de dos grandes de la talla del Manchester City y del Liverpool. "Es como un imán para el balón, un defensa como la copa de un pino, el mejor mediocentro del país".
Redknapp, el hijo de Harry, su entrenador en el Tottenham, abogó para que el zaguero fuera a Sudáfrica 2010, a pesar de que sabía que sus posibilidades eran muy remotas porque no había intervenido en la competición preliminar. "Será difícil que elija a los dos, Rio Ferdinand y Ledley King", afirmó. "Si uno de ellos, o los dos, se lesiona o es incapaz de encadenar partidos, el centro de la retaguardia se quedará al descubierto".
Ni uno, ni otro: los dosLa sombría hipótesis no disuadió a Fabio Capello, que dio la sorpresa al incluirlos a ambos en la lista provisional de 30 jugadores. En el amistoso contra México, el técnico italiano otorgó al defensa, de 29 años de edad, una oportunidad de oro para hacerse con el billete para la cita mundial. ¡Y vaya si la aprovechó! El central marcó un tanto de cabeza en la victoria de los suyos por 3-1, y su nombre apareció entre los 23 elegidos. Pero su ascenso imparable en el combinado nacional no terminó ahí. La lesión de Ferdinand, precisamente en la rodilla, ha propiciado que tenga que asociarse en el centro de la zaga con John Terry, que fue su compañero de equipo cuando ambos eran niños en Londres.
Dado que King no puede entrenarse como el resto, ¿será capaz de afrontar el reto de disputar siete choques en menos de 29 días? "Yo creo que sí", afirmo a FIFA. "Estoy haciendo todo lo que puedo. El cuerpo médico y el seleccionador me han apoyado mucho, y me han dado la mejor preparación y todas las facilidades". En cuanto a su preparación en solitario, opina que el premio compensa el esfuerzo. "Me encanta el fútbol y sé que, al final de una semana regular, viene un partido. Ahí va dirigida mi preparación, al partido. Normalmente voy al gimnasio o a la piscina y trabajo allí".
"No pasa ni un solo día en el que no piense en mi rodilla", añadió. "Es algo con lo que tengo que vivir. Cada vez que me levanto y echo a andar, noto que tengo limitaciones. Hubo momentos en los que me preguntaba si se me estaba acabando el tiempo, pero nunca dudé que volvería a vestir la camiseta de Inglaterra. Creo que esta temporada he demostrado que puedo encadenar partidos. Estaré preparado, juegue los minutos que juegue. Puedo asegurar que me emplearé al cien por cien. Sé que puedo rendir al máximo".
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