
El dato histórico es irrefutable: nunca un entrenador extranjero logró hacerse con la Copa Mundial de la FIFA. Apenas el holandés Guus Hiddink estuvo cerca en los últimos años, al finalizar en el cuarto puesto con la República de Corea en la fase final de 2002. No obstante, las rachas están para romperse… y son 12 los seleccionadores finalistas presentes en Sudáfrica que intentarán terminar con la maldición de los foráneos.
El caso más emblemático, pues es el único que ya sabe lo que es alzar el trofeo más preciado del planeta, es el del brasileño Carlos Alberto Parreira, quien con 67 años se prepara para dirigir en el certamen por ¡sexta vez! Al margen de las experiencias con Brasil en 1994 y 2006, este verdadero trotamundos compitió al frente de Kuwait en 1982, con Emiratos Árabes Unidos en 1990 y Arabia Saudí en 1998.
“Es muy aventurado decir que tenemos posibilidades ganar la Copa del Mundo, pero sí puedo decir que estamos preparados para lo que viene. Intentarremos hacer sentir orgullosos a los sudafricanos y pelear ante cualquier rival. Ese es el mensaje que transmití y que, afortunadamente, captaron mis jugadores”, manifestó el estratega a horas del debut contra México. Pero al parecer, no fueron sólo los Bafana Bafana quienes entendieron su discurso: en una encuesta realizada recientemente por la FIFA, el 14% de los sudafricanos opina que el local puede ser campeón, superada sólo por el 37% que confía en Brasil.
Otro experimentado estratega que va por la primera vez de un extranjero es el italiano Fabio Capello, quien conduce nada más ni nada menos que a la selección inglesa. Justamente él parece tener la fórmula para adaptarse rápidamente a un equipo de latitudes diferentes a la propia. “Lo más importante es comprender dónde trabajar”, explicó en una entrevista pasada a FIFA.com. “Hay que entender la actitud de los jugadores, del país o la ciudad. Por ejemplo, en Milán la gente es más reservada, en Roma más apasionada y así. Sólo si comprendes eso puedes optar por la metodología de trabajo que ayudará más a los jugadores y al equipo”.
Nombres y curiosidadesArgentina y Alemania son no sólo dos de las potencias más respetadas en el fútbol mundial. Son, además, las que más entrenadores han aportado a Sudáfrica 2010: al margen de sus respectivos seleccionadores, albicelestes y germanos contarán con dos representantes más cada uno. Marcelo Bielsa y Gerardo Martino, maestro y discípulo en la materia, ordenarán tácticamente a Chile y Paraguay; mientras que Ottmar Hitzfield y Otto Rehhagel harán lo propio con Suiza y Grecia.
Tras navegar bajo el mando del holandés Guus Hiddink en 2002, Australia confía su destino ahora a otro neerlandés, Pim Verbeek, mientras que el colombiano Reinaldo Rueda hará lo propio con Honduras. Sin embargo, el verdadero dato llamativo llega desde otras latitudes: la primera Copa Mundial de la FIFA en suelo africano tendrá apenas dos seleccionadores nacidos en el continente, el argelino Rabah Saadane, y el portugués Carlos Queiroz, que nació en Mampula (Mozambique). Los demás conjuntos que pelean por triunfar en su tierra lo harán con un líder táctico nacido en otro país.
El sueco Lars Lagerback, sin ir más lejos, tomó las riendas del seleccionado nigeriano con una meta elevada: las semifinales. “Siempre me mueven la ambición de ganar y llegar lejos en los torneos, por lo que no me asusta el desafío. Si no crees en tus posibilidades, ni siquiera mereces participar del torneo. Creo que Nigeria tiene muy buenas posibilidades de llegar lejos”, confesó a FIFA.com.
Junto a él, pelean por la gloria el francés Paul Le Guen (Camerún), el también sueco Sven-Göran Eriksson (Costa de Marfil) y el serbio Milovan Rajevac (Ghana). ¿Una presión extra por tratarse de la primera fase final en África? No para Rajevac: “Ese es un tema muy trillado, y no queremos cargar con una presión innecesaria. Lo único que nos importa es conseguir resultados: pasar la fase de grupos y después las fases eliminatorias”. Si mantiene la misma determinación durante el certamen, podría entrar en la historia.
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