A pesar de que sólo ha actuado en media docena de partidos con las Estrellas Negras, la mayoría de los ghaneses ya consideran a Dominic Adiyiah la solución a largo plazo para los problemas que experimenta su punta de ataque. Sin embargo, en la Copa Mundial de la FIFA 2010, el explosivo atacante de 20 años espera disponer ya de minutos de juego, e incluso irrumpir como una pieza importante en el once del seleccionador Milovan Rajevic.
Aunque el a veces irregular Asamoah Gyan será ciertamente la primera opción ofensiva de Rajevic, el técnico serbio dejó claro antes del torneo que no le temblaría el pulso a la hora de alinear a los jóvenes en un certamen tan exigente como el mundialista. Y el muchacho, designado por la CAF como mejor jugador joven del continente este año, está ansioso por exhibir su extraordinaria calidad en un Grupo D complicado, ante Alemania, Serbia y Australia.
Si bien ahora mismo no contempla jugar de inicio, Adiyiah está preparado para cualquier circunstancia. “Hay que estar listo para todo”, ha declarado a FIFA en el lugar de concentración de Ghana, al norte de Johannesburgo. “Uno puede salir desde el banquillo y esforzarse al máximo para que el equipo gane, y también ser titular… Siempre hay que tener una actitud abierta. La oportunidad puede surgir en cualquier momento, y hay que cumplir”.
A reivindicar su huecoY cumplir en una prueba mundialista es algo que no le resulta ajeno. Su juego en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA celebrada el pasado otoño en Egipto fue sencillamente excepcional, y explotó como una supernova con los Satélites Negros que se convirtieron en el primer conjunto africano en alzar el prestigioso trofeo. Fue la figura más destacada de Ghana y de toda la competición, adjudicándose la Bota de Oro y el Balón de Oro como máximo goleador y mejor futbolista.
Sus ocho goles en siete partidos —tres más que cualquier otro jugador— disiparon cualquier duda existente acerca de su instinto letal ante la meta contraria, como demostró en el lanzamiento que transformó en la tanda de penales de la final ante Brasil, y que mantuvo vivos a los suyos. Con un 3-2 a favor de los sudamericanos, Adiyiah sabía que si fallaba su país fracasaría en el duelo decisivo por tercera vez en la historia del torneo sub-20. Pero el pequeño y rápido ariete no perdonó. A continuación los brasileños erraron sus tres siguientes tiros y el título se marchó a África.
Y después de seguir los pasos de ilustres héroes de la categoría sub-20, Adiyiah se aferró con fuerza a ese legado y mantuvo una ambición extraordinaria para un jugador que acababa de experimentar lo que él mismo describió como el mejor momento de su carrera. “No pienso dormirme en los laureles. Con las medallas y los trofeos me han lanzado un desafío”, señaló tras la final. “Tengo que trabajar muchísimo. Quiero seguir los pasos de [los internacionales argentinos sub-20 Lionel] Messi, [Javier] Saviola y [Sergio] Agüero, deseo emular sus carreras, y voy a ponerle ganas y afanarme por conseguirlo. Estoy preparándome para llegar a la cima”.
"No pienso dormirme en los laureles. Con las medallas y los trofeos me han lanzado un desafío."
Dominic Adiyiah, sobre su futuro.
Su actuación y su mentalidad impresionaron a los espectadores, e hicieron que clubes como Arsenal, Barcelona, Juventus y AC Milan luchasen por arrebatárselo al Fredrikstad noruego. Y cuando los Rossoneri se hicieron con sus servicios al comienzo del último mercado de invierno —“un fichaje para el futuro”, según su entrenador, Leonardo— comenzó un ascenso meteórico para el chico oriundo de Ghana, que en 2008 había llegado a Noruega procedente del modesto Heart of Lions, club de Kpandu.
Adiyiah recibió su primera convocatoria con el combinado absoluto a finales del año pasado, al estrenarse en un amistoso disputado ante Angola en noviembre. Casi de inmediato, causó sensación, lo que le valió acudir a la Copa Africana de Naciones en enero. La racha goleadora de Asamoah Gyan por aquel entonces lo mantuvo en el banco de reservas —excepto dos participaciones como sustituto—, pero, como de costumbre, su velocidad, toque de balón y confianza quedaron de manifiesto. Si tiene la ocasión de relegar a Gyan a la suplencia o simplemente de ser un revulsivo en las segundas partes, todo indica que el joven no dejará de progresar y de correr en pos de sus sueños.
“Quiero jugar al más alto nivel y ser uno de los mejores del mundo”, ha explicado a FIFA.com. “A lo largo de los años, he tenido la oportunidad de ver a algunos grandes futbolistas, por los que me he alegrado, ahora también quiero ser uno de ellos”.
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