Tan sólo 12 kilómetros separan a España de África en sus extremos. Y ambas se unieron en los festejos al término de una 19ª Copa Mundial de la FIFA que tendió una cadena de alegría desde Bloemfontein a Barcelona.
Esta ha sido la primera Copa Mundial de la FIFA de África, y perdurará en el recuerdo tanto por el espíritu y las sonrisas de los organizadores como por el triunfo de una selección española que coronó nuevas cumbres al convertirse, gracias a un gol de Andrés Iniesta en el minuto 116 de su partido ante Holanda, en el octavo país que conquista el título más codiciado del deporte rey.
La victoria de España en la magnífica “calabaza” del Soccer City supuso el colofón a 31 días de fútbol: 64 encuentros en nueve sedes, en los que actuaron 599 jugadores de 32 equipos y se marcaron 145 goles en total. Los hombres de Vicente del Bosque acabaron alzando el trofeo, pero el otro gran titular del certamen fue el éxito de Sudáfrica: una exhibición de determinación y orgullo de la nación del arco iris, que trasladó un mensaje de esperanza a un continente entero. El hecho de que el combinado sudafricano fuese el primer anfitrión en decir adiós tras la primera ronda no afectó en absoluto al entusiasmo, ni debilitó el omnipresente zumbido de las vuvuzelas.
Sudáfrica 2010 deparó numerosas sorpresas, y España supo sobreponerse a las suyas (una derrota inicial ante Suiza) para ganar sus otros seis partidos, los cuatro últimos por idéntico tanteo, 1-0. Aunque ningún equipo ha sido campeón de la Copa Mundial de la FIFA con menos goles a favor que los españoles (ocho), su fútbol cautivó a los espectadores: sobre todo, los geniales pases de Xavi e Iniesta, los tantos de David Villa, máximo realizador de la prueba, y las paradas de Iker Casillas, cuyas providenciales intervenciones en dos mano a mano ante Arjen Robben durante la final demostraron que su Guante de Oro al mejor portero fue sobradamente merecido.
Holanda, por su parte, deja Sudáfrica con sentimientos encontrados, al sufrir la tercera derrota de su historia en una final, después de 1974 y 1978. El equipo de Bert van Marwijk ganó sus seis compromisos camino del choque decisivo, y aunque ofreció una imagen más pragmática que otros combinados neerlandeses anteriores, sus jugadores ofensivos brillaron en una disposición táctica de 4-2-3-1 que estuvo en boga en esta competición, como pudo verse con los cinco goles de Wesley Sneijder.
Galardones individuales
La selección alemana de Joachim Loew fue otro ejemplo de éxito. Impresionó a todos mediante un brillante juego de contragolpe al endosarle cuatro goles tanto a Inglaterra como a Argentina, antes de que España, igual que en la final de la Eurocopa 2008, pusiese fin a su periplo. Los germanos repitieron la medalla de bronce de 2006, y fueron el conjunto más anotador, con 16 dianas. Thomas Mueller se adjudicó el Premio Hyundai al Mejor Jugador Joven y la Bota de Oro adidas, este último galardón merced a sus cinco goles y tres asistencias. Villa, Sneijder y Diego Forlán también vieron puerta cinco veces, pero no igualaron el registro de pases decisivos de Mueller, que transformó en gol todos sus disparos entre los tres palos.
La otra gran recompensa individual correspondió a Forlán, Balón de Oro adidas por su sensacional desempeño en las filas de la gran revelación, Uruguay. Los pupilos de Óscar Tabárez regresaron a las semifinales por primera vez en 40 años. Sus armas para ello fueron su tradicional garra y el acierto ante la meta contraria de los delanteros Luis Suárez y Forlán, quien posiblemente haya dominado mejor que nadie el Jabulani.
Hasta los cuartos de final, la flor y nata de Sudamérica amenazó con acaparar la atención. Por primera vez, los cinco representantes de la CONMEBOL superaron la fase de liguilla, cuatro de ellos como primeros. Chile, desplegando un fútbol abierto y vistoso, puso fin a su sequía de 48 años sin vencer en una fase final, y fue segundo de su grupo, detrás de España. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay llegaron posteriormente a cuartos. En el caso de los guaraníes, era la primera vez que lo conseguían. El ataque argentino imponía, pero los sueños de Maradona de alzar de nuevo el título mundial se vinieron abajo contra Alemania. Y las esperanzas de Brasil se desvanecieron en una segunda parte de pesadilla ante Holanda, que obligará a los anfitriones de 2014 a reflexionar acerca de su segunda eliminación consecutiva en cuartos de final.
El día en que la Oranje, tras comenzar perdiendo, doblegó al equipo de Dunga fue quizás el de mayor emoción, si nos atenemos también a lo sucedido luego en el duelo que enfrentaba a Uruguay y Ghana en el Soccer City. Las Estrellas Negras estuvieron a unos centímetros de convertirse en los primeros semifinalistas africanos: los mismos que mide el ancho de un larguero, contra el que se estrelló el penal lanzado por Asamoah Gyan en el último minuto de la prórroga. Gyan transformaría su siguiente tiro, en la tanda de penales, pero Uruguay se hizo con el triunfo.
Decepción africana
La trayectoria de Ghana —que incluyó victorias sobre Serbia y Estados Unidos— proporcionó el punto culminante de los logros africanos. El cuadro anfitrión, entrenado por Carlos Alberto Parreira, defraudó al despedirse en la primera fase, a pesar de vencer a Francia, superado por México en diferencia de goles. Aun así, los Bafana Bafana se marcharon con la cabeza bien alta, y protagonizaron uno de los mejores goles, el primero del torneo, un potentísimo zurdazo de Siphiwe Tshabalala que perforó la meta mexicana. Costa de Marfil también tuvo que hacer las maletas con cuatro puntos. No obstante, las demás formaciones africanas, Argelia, Camerún y Nigeria, fueron últimas de sus respectivos grupos.
Pero las emociones no terminaron ahí. Vibramos también con Estados Unidos, que remontó una desventaja de dos goles ante Eslovenia y luego accedió a octavos de final como primero de su liguilla, con un fulminante tanto de Landon Donovan que dio los tres puntos a los suyos contra Argelia in extremis. El 3-2 de Eslovaquia sobre Italia fue otro de los momentos destacados de la fase de grupos. Un doblete de Robert Vittek contribuyó a la eliminación de los defensores del título y situó en octavos al equipo de Vladimir Weiss, en su primera participación como país independiente.
Otras selecciones también se distinguieron. Con el concurso de varios jóvenes muy prometedores, México alcanzó los octavos de final por quinta edición consecutiva. Japón y la República de Corea obtuvieron la clasificación para la segunda ronda por primera vez lejos de sus fronteras. La modesta Nueva Zelanda, en su primera fase final desde 1982, fue el único equipo que se marchó de Sudáfrica invicto. Grecia y Eslovenia estrenaron su casillero de victorias en la Copa Mundial de la FIFA. El pulpo Paul proporcionó una interesante trama secundaria al acertar sus pronósticos. Las mayores decepciones, a su vez, vinieron de Europa. Los dos finalistas de 2006, Italia y Francia, ésta lastrada por graves problemas internos, fueron últimas de sus liguillas y no ganaron ni un solo partido. Inglaterra sufrió su derrota más abultada en una Copa Mundial de la FIFA, un inapelable 4-1 a manos de Alemania.
Europa nos dio a los campeones, por primera vez en otro continente, aunque África también se sumó a la fiesta. Y puede que nadie sintiese una alegría mayor que Nelson Mandela, que deleitó al público del Soccer City al hacer acto de presencia antes de la gran final. El Presidente de la FIFA, Joseph S. Blatter, dijo respecto a la persona que tanto contribuyó a la creación de la Sudáfrica moderna: “Este Mundial ha tenido un momento culminante, relacionado con una historia de libertad y con la historia de un hombre”.