Naughty Bear, Juegos de PS3

 

Cuando pensamos en un osito de peluche inevitablemente a todos se nos viene a la cabeza algo tierno y que despierta cariño... precisamente este es el concepto con el que juega A2M, ya que el protagonista de Naughty Bear es precisamente un osito, pero viejo, roto, lleno de remiendos y con las orejas rotas. Este golpe de efecto nos habla mucho en sí de lo que trata el juego y de lo que va buscando, un golpe de efecto que deje a los gamers enganchados.

 

 VENGANZA

Nuestro amigo solo intenta vivir tranquilo con sus defectos, sus particularidades y sus raras costumbres, pero el resto de ositos de Isla Perfección, un atajo de pedantes perfectos e impolutos, no pueden soportar que algo o alguien rompa esa perfección. Tras una reunión deciden liquidar a nuestro protagonista y a este no le queda otra salida que defenderse lo mejor que puede y de la única manera que sabe: matando a todo aquel que le toque las narices.
Esta es la idea bizarra de la que parte nuestra historia, que además se ve reforzada por la estética infantil que domina el juego y que choca de plano con el concepto inicial. Concepto inicial que consistirá en hacer el mal, así de sencillo, serás recompensado cuando más bestia, animal y destructivo seas... suena bien ¿verdad?.

 HACIENDO EL MAL

Uno de los aspectos que el título quiere hacer parte de su firma es un alto nivel de jugabilidad, de tal manera que el futuro jugador no tenga ningún reparo en volver a jugar varias veces. Todos los personajes hacen gala de distintos matices que hacen que tengan un carácter muy marcado, y estamos hablando de nada más y nada menos que de unos 300 personajes. Es lógico pensar que el equipo se ha batido el cobre a base de bien, sin embargo hay que hacer una gran excepción. Existen también muchos personajes que tienen un carácter común, por así decirlo de relleno, no obstante no se hacen pesados o repetitivos.
Otro de los puntos fuertes de Naughty Bear es una IA muy elaborada que se adapta y cambia a razón de las distintas circunstancias que se puedan dar en el juego. Por ejemplo, cuando irrumpes a sangre y fuego en una aldea llena de osos la reacción de cada uno de ellos será diferente dependiendo de su carácter y de las circunstancias... los osos más cobardes intentarán huir y los más valientes se te enfrentarán, o te atacarán sin dudarlo si notan que estás bajo de energía o en una situación de clara desventaja. Esto abre un abanico de acciones de lo más interesantes, como por ejemplo, extorsión, amenazar, tortura, etc. El resultado es provocador, descarado e hilarante, y a la vez te hará pensar en la estrategia con la que consigas la mayor destrucción mediante brutales travesuras.

A nivel argumental se puede decir que cada nivel tiene una historia diferente, siguiendo esa base de programa infantil, por lo que no importa que los osos mueran; al siguiente episodio reaparecen rellenados y con el peluche intacto. El juego tendrá una clasificación de edad +16, pero contiene guiños a gente que supera la treintena; los nombres de algunos de los osos son un homenaje a los referentes culturales de los años 80, como el ninja Miyagi o los componentes del equipo SWAT (en España conocidos como los Hombre de Harrison).

EN VERANITO

El nivel de puntos dependerá de las muertes, el destrozo del escenario, cómo se ha resuelto el nivel, y la originalidad de tu crueldad (en cierta manera siguiendo la estela de Scribbenauts de DS). Cuanto mayor sea este nivel de puntos, mayores serán las recompensas que se traducirán en extras como por ejemplo distintas apariencias para Naughty Bear, cada uno de las cuales tendrá una cualidad diferente como proporcionarte rapidez, armas especiales con las que de nuevo podrás poner a prueba tu originalidad para el mal e incluso niveles extra.
Naughty Bear verá la luz del mercado en la campaña de verano de 2010 y para las plataformas PS3 y Xbox 360 y viene con la promesa de hacer mucho ruido, tanto a nivel de originalidad de planteamiento, apariencia  y jugabilidad... estos chicos de A2M son realmente muy malos y sin duda quieren demostrarlo.